Balance 2022: Factores intervinientes en los avances de la acreditación nacional
La cultura de calidad se asienta sobre las bases de la ética de la gestión pública, los juicios de valor acerca de los resultados de una organización educativa están estrechamente relacionados con los principios de responsabilidad, bien común, transparencia y rendición de cuentas ante la sociedad. Todo el sistema de aseguramiento de la calidad educativa comparte una matriz ética y metodológica que se basa en la evaluación periódica, mejora continua como núcleos del aseguramiento de la calidad.
En un sistema todos sus actores han de sintonizar en las acciones esenciales mediante la racionalidad orientada a fines, a valores y al entendimiento. Las acciones que se les exigen a las universidades, también son exigibles al ente acreditador representado por el Sineace.
El balance 2022 del proceso de acreditación nacional institucional y de programas a cargo del Sineace, de acuerdo con las evidencias, sugiere un juicio de valor No Logrado. La acreditación nacional se ha paralizado, la Dirección de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (DEA-ESU) no cumplió con el compromiso de las dos convocatorias a evaluación externa programadas para este año, sin dar mayor explicación.
Resultados de la acreditación nacional
En cuanto a la acreditación institucional, en sus 16 años de funcionamiento, Sineace no ha realizado ningún proceso que conduzca a la acreditación institucional de alguna universidad. Lo paradójico es que el modelo de acreditación institucional 2016 se ha modificado sin haberse aplicado.
Por otra parte, en la actualidad, el Sineace cuenta con solo 77 programas acreditados; 7 corresponden a programas de escuelas de las fuerzas armadas y 68 a programas de universidades. Las universidades privadas figuran con 52 programas (47 de pregrado y 5 de posgrado) y las universidades públicas con 16 carreras (24 %). Asimismo, llama la atención que 41 programas (54.7 %) alcanzaron la acreditación nacional mediante el reconocimiento de la acreditación otorgado por una agencia, reconociéndose vigencia hasta por ocho años, más años de los que otorga el proceso de acreditación nacional.
En este reporte de evaluación se han identificado diez factores que intervienen en los resultados del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de Calidad Educativa para alcanzar un nivel de Logrado Plenamente en la acreditación nacional.
1. Modelo de acreditación y directivas
La formulación de los modelos de acreditación y directivas han generado tres brechas que afectan al funcionamiento del sistema de aseguramiento de calidad educativa: incertidumbre, carencia de transparencia y limitada participación de las universidades.
El cambio de los modelos de acreditación ralentiza los procesos de autoevaluación en marcha, generan alta incertidumbre en los comités de calidad, en la medida que el Sineace tiene dificultades para precisar mediante documentos formales plazos, procedimientos de aprobación, implementación y tránsito al nuevo modelo.
Los modelos de acreditación son abandonados sin una evaluación transparente que justifique el cambio con base en los resultados obtenidos. Es el caso del cambio del modelo de acreditación institucional y la propuesta del nuevo modelo de programas. Del mismo modo, sucede con la participación de las universidades en la formulación de los modelos, se ha instituido como costumbre abrir consultas de las propuestas para simular la participación de las universidades en talleres o mediante formularios, cuyos aportes y observaciones no se informa cómo se incluye en el modelo aprobado. Cabe subrayar que los modelos de acreditación de programas tienen carácter de obligatoriedad para los programas de Salud, Derecho y Educación, en tal sentido, la aplicación de estándares afecta la organización y decisiones fundamentales del funcionamiento del programa, por esta razón se tendrían que otorgar mayor capacidad de decisión por parte de las universidades.
En cuanto a la formulación de modelos específicos para cada carrera, la DEA-ESU no ha precisado información de su planeamiento, implementación y metas. Se debe recordar que, en la etapa inicial, Coneau intentó publicar estándares para cada carrera, proceso que limitó el inicio de la autoevaluación y que no culminó con la presentación de estándares.
2. Acreditación institucional
El desarrollo de la cultura de calidad en las universidades exige que se ejecuten procesos de acreditación a nivel institucional, porque actúa como marco de los procesos de acreditación de los programas y promueve la cultura organizacional. Es necesario indicar que el licenciamiento institucional, a cargo de Sunedu, exigió al Sineace detener la marcha de los procesos de autoevaluación con fines de acreditación institucional. Sin embargo, terminado el proceso de licenciamiento institucional de todas las universidades, no se ha convocado a evaluación externa y acreditación para que las organizaciones educativas logren niveles de alta calidad que trascienda las condiciones básicas.
3. Acreditación medicina humana
Las escuelas de Medicina Humana tienen una presión por parte de sus graduados, de la sociedad y de las instituciones académicas del extranjero que les exige mantenerse acreditadas. En el Perú, desde el 2019, la acreditación de medicina humana padece una parálisis. En un primer momento, se dejó de convocar al proceso de evaluación externa a causa del inicio del licenciamiento de programas de Medicina. En un segundo tiempo, a finales de 2020, Sineace decidió que no habría evaluación externa y acreditación debido a la puesta en marcha de la propuesta del nuevo modelo de acreditación específico. Aprobado el nuevo modelo la continuidad de los procesos de autoevaluación están detenidos a causa de que no se ha señalado el plazo que el SAE-ESU integre los nuevos estándares.
Por otra parte, llama la atención que, en el proceso de aprobación del modelo de acreditación de Medicina Humana, se discutió una matriz totalmente diferente al modelo aprobado.
4. SAE-ESU
La plataforma para el registro de avances de autoevaluación de los programas, el Sistema de Autoevaluación de Educación Superior Universitaria (SAE-ESU) viene siendo utilizado por los comités de calidad con mayor continuidad a partir del contexto de pandemia. Ha permitido ordenar el registro de contextualización, identificación de brechas, acciones, optimización, avances y resultados. Sin embargo, en el uso del SAE-ESU se ha detectado varios aspectos claves que requieren implementarse ante lo cual la respuesta no es atendida con prontitud. Es necesario que la plataforma recoja la experiencia de usuario, que la DEA-ESU logre avanzar con los procesos de retroalimentación de los reportes de autoevaluación, se integre con el Sistema de Evaluación Externa (SEVEX), se visualicen los ciclos de autoevaluación, se continúe con las capacitaciones para que los usuarios dominen el aplicativo, mejorar la capacidad en la carga de archivos, entre otras acciones de auditoria de calidad que permita identificar las no conformidades del sistema.
Asimismo, sería pertinente que los nuevos modelos de acreditación institucional y de programas sean presentados junto con el respaldo de su matriz en el SAE-ESU, de tal manera evitar la parálisis de la autoevaluación.
5. Evaluación externa
A partir del 2019, hubo cambios progresivos en el proceso de evaluación externa que han detenido la marcha del proceso de acreditación nacional y han evidenciado la insuficiente capacidad logística, técnica y presupuestal que posee la DEA-ESU para atender la demanda de acreditación de las universidades públicas y privadas. El primer cambio fue limitar la solicitud de evaluación externa a dos fechas por año, ello le permitía al ente acreditador planificar la contratación de secretarios técnicos para atender las visitas de evaluación externa. En el 2020, Sineace burocratizó el procedimiento de evaluación externa añadiendo el requisito de presentación de carta de expresión de interés un año antes de la convocatoria, ello en contra al principio de racionalidad y simplificación administrativa y, luego, incumpliendo con las fechas y plazos establecidos por el sistema. A fines del 2021, Sineace solicitó que los programas precisen en cuál de las dos fechas que proponía se iban a presentar a la evaluación externa, mas no hubo convocatoria de evaluación externa en el 2022, información que se manifestó con retraso, en noviembre. Asimismo, a fines de año se indicó que los programas deberán tener dos reportes enviados en el SAE-ESU. En cuanto, para el 2023, Sineace solicitó la lista de los programas que mantenían su expresión de interés, los cuales se presentarán en marzo siguiendo el modelo de programas de 2018. En el proceso de evaluación externa 2023-II se hará el tránsito a los nuevos modelos, lo que deja en incertidumbre, porque los modelos del 2022 aún no están implementados en el SAE-ESU.
En cuanto a la acreditación institucional con el nuevo modelo, no existe información y se evidencia que no hay la decisión de convocatoria.
Otro de los aspectos que involucra la evaluación externa es el costo de la evaluación externa que significa el pago de la entidad evaluadora, ello significa una inversión aproximada de S/ 30.000 (treinta mil soles) por programa. La participación de las entidades evaluadoras está contemplada en la Ley 28740, sin embargo, en los últimos procesos de evaluación externa, Sineace ha reducido los servicios de estas empresas a tareas de traslado, alimentación y pago de honorarios de los evaluadores externos, transferencia información del Sineace y las universidades y remisión del informe final de evaluación externa. Lo que significa que el precio que cobran el oligopolio de empresas evaluadoras no justifique el elevado costo del servicio que brindan.
6. Resultados de acreditación
Sineace tiene establecido un mecanismo e instancia en la cual se revisan los resultados del informe final de evaluación externa. Hasta el 2021, esta actividad estaba a cargo de una comisión de consistencia conformada por docentes universitarios con experiencia y autoridad en gestión de la calidad educativa. Con el nuevo reglamento para la autoevaluación, evaluación externa y acreditación, Resolución 000026-2021-SINEACE, la revisión de los resultados pasó a estar a cargo del secretario técnico que acompaña la visita de evaluación externa.
Con este cambio, que se aplicó sobre la marcha a programas que contaban con informes finales de evaluación externa, la DEA-ESU dejó la decisión del proceso de acreditación a cargo de un profesional cuyas observaciones y revisión documental desautorizaba la evaluación realizada por los tres pares de la Comisión de Evaluación Externa. En esta actividad de revisión que no tiene definido un procedimiento regularizado dentro del reglamento, Sineace alteró los resultados de los estándares aplicando criterios en contra a lo establecido en el modelo de acreditación en relación con las evidencias que los programas presentan. Aquí sucede un problema de la ética de gestión pública porque Sineace tiene que asumir que los procesos de asesoría técnica de autoevaluación no se están alcanzando logros para detectar que algunos respaldos de los estándares presentados en la autoevaluación no son suficientes o no cuentan con las características que en última instancia exigen. Otro aspecto ético fundamental es que Sineace tendría que reconocer que tiene deficiencias en la selección y formación de evaluadores externos, dado que desautoriza sus juicios de calidad, es decir, estos cambios significan que los pares no cuentan con las competencias de dominio del modelo y evaluación de estándares.
Estos cambios en los resultados de acreditación han hecho perder confianza en los criterios que utiliza Sineace para promover la cultura de calidad y la mejora continua. Muchas universidades tienen experiencias internacionales con agencias evaluadoras donde se respeta los juicios de valoración de la comisión de evaluación externa, porque se justifica en el estudio y la presentación de una investigación evaluativa. Es preciso señalar que se evidencia que no existe una pauta para la presentación de informes finales de acreditación nacional, por ello, hay informes donde los juicios de calidad son escuetos, tienen tres líneas que no reflejan una evaluación sustentada.
En ese sentido, ha de llamar la atención la alta incidencia de programas con acreditación denegada. En la experiencia internacional de las universidades públicas con CNA de Colombia, ACBSP, CACECA, RIEV-UDUAL, ABET, CACSLA los programas que se presentaron lograron acreditarse y reflejar en su gestión los resultados de los procesos de mejora continua.
Otros de los cambios que se ha producido en la fase final del proceso de acreditación es la limitación de la difusión de las actividades, ello afecta la transparencia del proceso y el acceso a la información que la ciudadanía tiene de una acción que es pública.
7. Reacreditación
La acreditación es una tendencia educativa internacional que se basa en el principio de mejora continua y aseguramiento de la calidad. Por ello, las agencias acreditadoras internacionales contemplan procesos de reacreditación. Cuando un programa o universidad ingresa a un sistema de aseguramiento de la calidad educativa y obtiene la acreditación por un periodo de vigencia, el ente acreditador asegura su permanencia y el mantenimiento de los estándares de alta calidad, para ello fija visitas de monitoreo y el inicio de un proceso de reacreditación antes de que se cumpla el plazo de la vigencia.
En el Perú, el proceso de reacreditación está negado por el Sineace, por lo cual falla la mejora continua y el aseguramiento de la calidad educativa. Ello afecta el fortalecimiento de la cultura de calidad y produce que los programas tengan que volver a iniciar de nuevo a girar la rueda de la calidad hasta la cima y que vuelve a caer luego de lograr la acreditación, cual síndrome de Sísifo.
8. Asistencia técnica y formación continua
Una de las funciones del Sineace es proveer a las universidades asistencia técnica y capacitación para que los comités de calidad desarrollen los procesos de acreditación. Hay una brecha que Sineace debe cerrar en relación a la atención de la demanda de las universidades en relación con su capacidad instalada y recursos. Es necesario desarrollar la trazabilidad de la demanda que las universidades tienen en asistencia técnica y formación continua, así como, evitar exigir requisitos que burocratizan el acceso a las capacitaciones y asesorías. Es recomendable que se mejoren los canales de comunicación, como brindar con transparencia información de canales más inmediatos y directos que constituye los teléfonos móviles. La confianza y ética de la gestión pública entre instituciones es capital para el funcionamiento del sistema.
9. Programas y menciones
Luego del licenciamiento institucional, Sineace tomó una decisión inconsistente en cuanto a los programas con menciones. En unos casos señaló que cada mención de programa de pregrado y posgrado constituye un programa diferente, así que les exigió que presenten informes de autoevaluación y procesos de evaluación externa de forma particular, evidencia de ello es la creación de códigos únicos de identificación para cada mención. En otros casos, se acreditó en un solo proceso a un programa con menciones. Frente a la consulta a Sunedu sobre el criterio de definición y evaluación de un programa y la aclaración que un programa incluye a sus menciones, Sineace demoró desde marzo hasta diciembre de 2022 para responder, sin asumir el error que perjudicó los procesos de autoevaluación, evaluación externa y acreditación de los programas con estas características. Además, ha dispuesto que los programas vuelvan a generar un código de identificación nuevo.
10. Sistema de Gestión de Calidad (SGC)
El estándar 7 del modelo de acreditación de programas (2016), evalúa que las universidades implementen sistemas de gestión de calidad. Este criterio se requiere que se aplique al ente acreditador, Sineace tendría que informar de la implementación de su SGC, los procesos que son auditados, las no conformidades y sus planes mejora. Como parte de la implementación del SGC podría aplicar estudios de satisfacción de los usuarios acerca del valor agregado de los resultados de sus procesos.
La relación de los procesos de licenciamiento y acreditación es una exigencia de las universidades, las instituciones educativas han avanzado en demostrar las CBC, es el momento de apostar por la acreditación de estándares de alta calidad, es tiempo que Sineace de cumplimiento a la ley que establece la obligatoriedad de la acreditación de carreras y doctorados, así como asignar los incentivos que contempla la política nacional.