“Toda la comunidad se concientizó en torno al tema de la calidad”
Entrevista a la Mg. Rosario Mendoza Púa
Jefa de la OCAA de Ciencias Administrativas
Las escuelas profesionales de Administración, Administración de Turismo y Administración de Negocios Internacionales de la Facultad de Ciencias Administrativas lograron la acreditación por el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace) el día 22 de abril de 2020, por el periodo de dos años.
Conversamos con la jefa de la Oficina de Calidad Académica y Acreditación (OCAA) de la facultad, Mg. Rosario Mendoza, quien compartió las experiencias del equipo de trabajo protagonista del primer proceso de mejora continua completado con el modelo de acreditación nacional en todas las escuelas de pregrado de una facultad de San Marcos. De esta manera, se evidencia el compromiso de los miembros de la Facultad de Ciencias Administrativas con la política de gestión institucional que prioriza la acreditación nacional.
¿Breve presentación de la Facultad de Ciencias Administrativas?
Somos una facultad que está enmarcada dentro de las ciencias económicas y de la gestión. Nuestra visión es generar conocimiento, no solamente de tipo tecnológico y científico, sino también humanístico, sin olvidar que nuestro plan de estudios está alineado a dos aspectos: la responsabilidad social y la investigación. Además de ello, procuramos cimentar el tema de valores, como el respeto a la diversidad cultural y a la promoción de la identidad nacional. Nuestras escuelas de Administración, Administración de Turismo y Administración de Negocios Internacionales cuentan con 160 docentes aproximadamente, entre nombrados y contratados; y una población de 1800 estudiantes. En cuanto a nuestros grupos de interés, particularmente, son los egresados que estamos en el camino de asociarlos por cada escuela.
¿Cómo se tomó la decisión de trabajar la acreditación nacional en la facultad?
En realidad, fue por consenso. La propuesta la presentó el Mg. Robert Miranda, decano de la facultad, con la finalidad de entrar a un nuevo proceso de acreditación, puesto que ya pasamos por la internacional. Nos explicó que las escuelas y programas de posgrado tenían la posibilidad de desarrollar la acreditación nacional. Los directores estuvieron de acuerdo, en función de que, como ya teníamos una experiencia internacional previa, queríamos vivir lo que significa ser reconocidos con criterios nacionales y lo asumimos como un reto. Con la anterior experiencia, nosotros vivimos el tema de los planes de mejora; pero, conforme avanzamos en el desarrollo de la acreditación nacional, supimos que se trataba de algo más amplio.
¿Cuáles fueron los primeros pasos?
Cuando iniciamos el proceso de acreditación, veíamos una serie de aspectos que demandaban el desarrollo de varias actividades. Cuando uno ingresa, lo primero que hace es ver su situación, en dónde te encuentras. Ese hecho, determinar en qué nivel nos encontrábamos, nos demandó identificar los planes de mejora.
¿En qué aspectos?
En el sistema de evaluación. Sí teníamos conocimiento de qué identificar en cuanto a las competencias, pero no un sistema de evaluación completo. Otro aspecto en el que habíamos avanzado, fue en el tratamiento que se da a los grupos de interés. Le doy mucho valor a la acreditación nacional, porque ha permitido escudriñar, de manera mucho más detallista, cada uno de esos aspectos en los cuales te podrías saltar de un punto a otro sin haber visto el punto medio.
¿Cuál fue la diferencia?
Con esta acreditación, se ha visto que tenemos vacíos y necesitábamos superarlos. Eso también permitió que desarrollemos de manera más eficiente el tema de la comunicación como institución, porque demanda más al detalle una serie de aspectos.
¿De qué manera?
Hizo que nos vinculáramos con mayor razón con todas las áreas de la organización; entonces, también mejoró la comunicación que hasta ese momento pensábamos que era la adecuada, que conocíamos cada una de las áreas o que sabíamos cuáles eran las tareas de cada uno.
¿No era así?
No habíamos reflexionado cuán importante era la relación del área A con el área B. De repente, por el tema de la falta de comunicación, no cohesionábamos las acciones. Yo encuentro, en eso, un aspecto muy importante que destaco del proceso de acreditación nacional. El tema de comunicación y de coordinación entre las áreas no estaba tan completo como pensábamos.
¿Qué rol cumplieron los miembros de los comités de calidad?
Los comités de calidad están integrados por docentes, trabajadores, estudiantes y egresados. El rol que tuvo cada comité de calidad fue básico y esencial, porque en torno a ellos se desarrolló todo el esquema de trabajo. Eran los responsables de recoger y canalizar la información y socializarla, pero además produjeron la sinergia con el resto de las áreas. Si bien es cierto, en un inicio era “solicito esta información y la recojo”, pero conforme se iba desarrollando el proceso, se evidenció que eso no era suficiente, las coordinaciones no podían concretarse y cerrarse con un documento. Entonces, ya era necesario generar reuniones. Fue importantísimo el interés que demostraró cada comité de calidad por identificar cada una de las áreas.
¿Qué otros actores se involucraron?
Nos dimos cuenta que era necesario tener un equipo adicional. Las escuelas demandaron ayuda y apoyo con respecto a un personal determinado que fue vital. En cada uno de los comités de calidad, se adhirió un equipo de personas que apoyaron en el proceso y, a la vez, mejoraron la comunicación con cada una de las áreas. Considero que fue vital haber tenido esa experiencia como comité de calidad, ha sido muy enriquecedor.
¿Cómo comprometieron a toda la facultad?
Las escuelas debían poseer esta sinergia de comunicación permanente. Teníamos reuniones constantes, a las cuales eran convocados todas las áreas de la facultad y todos los miembros de los comités de calidad.
¿Qué estrategias utilizaron?
Lo primero que se hizo fue presentar ante los docentes el proceso de acreditación. Luego, se hicieron reuniones en el decanato, con la participación de todos los estamentos de la facultad para ir involucrándolos, conocer cuáles eran los avances del proceso y cómo las áreas convocadas podían aportar.
¿Qué rol cumplió la oficina de calidad de la facultad?
El apoyo que ha brindado la OCAA en todo momento ha sido de asesoramiento y acompañamiento en este proceso. Siempre hemos sido guías en el desarrollo. El proceso anterior nos ayudó a orientarnos en este trabajo y a participar de estas convocatorias para poder absolver consultas o preguntas. Así como también, para obtener información e ir saneando el tema.
¿Qué valores de la cultura institucional han sido elementales?
En primer lugar, el trabajo en equipo, es uno de los valores que se puede destacar institucionalmente, porque sin ello no hubiéramos avanzado. Asimismo, la predisposición al compromiso que hemos adquirido con respecto a la mejora continua. No es un valor, pero yo lo resalto como la capacidad que hemos desarrollado dentro de la institución, el de la comunicación. Sin estos aspectos no hubiéramos podido avanzar, transmitir y dar a conocer en qué situación nos encontrábamos. Tan es así que cuando llegó el tema de cerrar el proceso, muchos de los miembros se interesaron en qué situación nos encontrábamos.
¿Qué mecanismos realizó para integrar a sus grupos de interés?
Cuando inició el proceso de acreditación, al igual que se hizo con el público interno, se comunicó en una reunión general que las escuelas estaban ingresando a un proceso de acreditación nacional y qué era lo que significaba. Eso se hizo para sensibilizar.
¿Cuál fue el propósito?
De alguna manera, socializar los intereses de ellos y que vieran por qué nosotros voluntariamente ingresamos al proceso. Luego, se identificó a los grupos que eran de interés para las escuelas y se establecieron reuniones de trabajo.
¿Qué características tienen sus grupos de interés?
En muchos casos, cuando se hizo el recojo de información sobre grupos de interés encontrábamos a muchos egresados, graduados que eran empresarios o habían iniciado un negocio y tenían un determinado tiempo en el campo. Veían cómo regresábamos a ellos para recoger información que era vital para alimentar el perfil de egreso y mejorar el proceso de enseñanza. Ellos tenían la experiencia, habían pasado por la facultad, salido al campo laboral, visto una opción de poder ingresar al tema de la empresa y nos podían aconsejar. Entonces, se empezaron a reunir, posteriormente, en el caso de la Escuela de Administración de Turismo se generaron los comités consultivos.
¿Por qué conformaron comités consultivos?
Porque era necesario tener un comité permanente que pudieran dar asesoría a las escuelas para retroalimentar. Está bien tener una asociación de graduados, pero nos interesaban, aquellos que están dentro del mercado y ven cómo nuestros egresados se desenvuelven y qué les faltaba. Un medio fueron las reuniones, pero un mecanismo ya establecido ha sido los comités consultivos que han planteado las escuelas.
¿Tienen resultados?
Por ejemplo, dentro de poco. los programas van a empezar la actualización de los planes de estudios y reiniciarán las reuniones con su comité consultivo, a fin de levantar información para ir trabajando el proceso de cambio.
¿Con la dinámica de desayunos empresariales?
Es usual convocarlos bajo esa dinámica. En algunos casos, los programas los hacían de manera externa, en otros, en la oficina del decanato con las autoridades. Esas son las particularidades. Por ejemplo, en Turismo, nuestro grupo consultivo está conformado por gerentes, promotores de establecimientos de hospedaje o restaurantes, gente cuyo tiempo es limitado y nosotros teníamos que adecuarnos a ello. En otros casos, sí aceptaban venir a la facultad. Es frecuentes tener desayunos empresariales.
¿Cómo han respondido?
Los grupos de interés han ayudado muchísimo, han estado muy interesados en participar en este proceso. Cuando ha habido el tema de la convocatoria, nunca se niegan, ese es un aspecto positivo, pues siempre muestran interés de participar e involucrarse.
Lecciones aprendidas
¿Qué logros subrayaría?
Primero, interiorizamos el tema de un plan de mejora. Luego de recibir la comunicación formal sobre la acreditación, hemos pensado inmediatamente en desarrollar un plan de mejora para subsanar aquello que se ha encontrado como logrado (el objetivo es alcanzar el logro pleno en todos los estándares).
¿La mejora continua?
La facultad no se queda solo pensando que obtuvimos la acreditación, inmediatamente ya se está planteando qué vamos hacer ahora y cómo lo vamos hacer. En ese estado, creo que toda la comunidad se concientizó en torno al tema de la calidad; entonces, ya no somos ajenos de que cada uno de nosotros formamos parte de un engranaje que se llama calidad y que si queremos hacerlo, tenemos que trabajar cada uno de manera cohesionada desde cada una de las áreas. Pienso que es la interiorización de la mejora continua que se ha instaurado e instalado en la facultad.
Eso ha cambiado
Antes, hablar de mejora continua era pensar a largo plazo, ahora no, más bien es que ya nos preocupamos cómo lo vamos hacer y con qué se va a hacer. Porque en este momento nuestra preocupación es que muchos de los planes que estaban presupuestados no se van a poder realizar, debido al recorte presupuestal que nos ha sumido a todos. Hay mucho de lo que nosotros recogemos que nos da la administración central, pero hay presupuesto que es por recursos propios y no todo está funcionando al mismo nivel que antes se hacía.
¿Habrá una adecuación del plan de mejora?
Eso ha hecho que reflexionemos sobre qué vamos a priorizar en este tiempo. Desde la OCAA, tenemos una preocupación de implementación del sistema de evaluación. Nosotros tenemos un sistema de evaluación con la acreditadora internacional, pero que eleva muestras. La acreditadora nacional nos demanda el todo. Lo que planteamos es que se haga un piloto para poder desarrollar un nuevo sistema de evaluación que involucrará a todos los estudiantes desde el tercer ciclo hasta el décimo. Será un trabajo que demande asesoría pedagógica que, en este momento, no contamos por el tema de presupuesto, pero sí podemos iniciar un plan piloto que se está planteando a las escuelas.
¿Qué otro aspecto está priorizando?
Además de ello, las escuelas están abocadas a actualizar el plan de estudios. En todo lo que resta del año, van a trabajar la actualización del plan de estudios y allí también volverán a establecer estos vínculos y se reunirán con sus comités consultivos, sus graduados, sus grupos de interés y nuevamente empezar el círculo, para pensar que el 2021 será mucho mejor.
De acuerdo con la experiencia de la facultad, ¿qué opina del modelo de acreditación nacional?
Si bien es cierto la acreditación nacional tiene cuatro dimensiones, doce factores, 34 estándares, considero que es mucho más completo porque escudriña al máximo cada uno de los aspectos que sí debemos de tener en cuenta en el tema de la calidad. Se podrá ver como un gigante, por cuantas cosas hay y lo que demanda, pero he encontrado que es lo mejor para este momento. Nos ha ayudado a orientarnos paso a paso, a veces, nos saltábamos algunos aspectos, pero, con la acreditación nacional, regresamos a ver.
¿Algo más específico?
Tienes tu perfil de egresado, pero ¿cómo lo mides?, ¿es suficiente medir las competencias en el proceso o también tienes que medir qué cosa es lo que pasa con el perfil logrado, con la gente hacia afuera, en dónde está y qué es?
¿El enfoque de calidad se ve diferente?
Yo considero que la calidad no la vamos alcanzar totalmente, es un proceso continuo, constante, llegamos hasta aquí y cuanto más podemos ir avanzando será mejor. Eso también ayuda a que te autodiagnostiques y digas “todavía tengo un tramo por avanzar y mejorar”. Veo con buenos ojos la acreditación nacional, con una visión holística y completa. Eso me agrada mucho porque es un reto, hay que seguir avanzando y mejorando.
¿Cuáles son las principales lecciones aprendidas?
Ya no podemos parar, debemos seguir avanzando, nuestro servicio en cuanto a la enseñanza académica debe ser lo mejor. Somos un referente y muchas facultades de administración de universidades públicas ven como referente a San Marcos y, a raíz que hemos sido acreditados, nos preguntan cómo lo hicieron, qué pasó, cuáles son sus experiencias, contar las vivencias que hemos tenido nos da una enseñanza. Considero que esta acreditación nos ha permitido muchas cosas, no solamente lograr los estándares alcanzados y demostrarlos, sino que nos ha permitido cohesionarnos como organización.
¿Hubo un cambio en las personas?
Hoy en día, cuando tenemos una reunión de trabajo, todo se concatena, todos ya saben cuál es su trabajo y responsabilidad. Todos apuntamos que nuestra tarea, nuestra responsabilidad tiene que recaer en el estudiante que es nuestro mayor interés y razón de ser.
¿Los propósitos educativos?
Con el tema de la calidad de la enseñanza, ¿cómo le doy calidad si no mejoro en los docentes, si no mejoro la infraestructura, si el personal administrativo no trabaja con el compromiso de dar un buen servicio, si no orienta? Hoy, cuando alguien en el Whatsapp de los docentes pregunta algo, todos responden dándole solución al problema. Antes había un divorcio total, cada uno por su lado. La acreditación nos ha permitido cohesionarnos como personas, darnos cuenta de que cada una de las partes es importante y que juntos podemos avanzar, solos no hemos hecho mucho, pero unidos podemos ser un grupo importante sobre todo comprometidos con la calidad de la enseñanza.
¿Cómo recibieron el anuncio de la acreditación?
Veíamos con preocupación que no recibiéramos la comunicación formal, pero, cuando llegó, la primera expresión fue de alegría, satisfacción, orgullo; después llegaron las felicitaciones y el reconocimiento del trabajo en equipo. Nos felicitamos todos por el logro alcanzado y que una vez más esto nos ayuda a mejorar la imagen de nuestra facultad y escuelas. Con mucha algarabía y satisfacción.
¿Han sido convocados?
Posterior a la fecha llegaron felicitaciones de las universidades públicas y con ello solicitudes de reuniones para poder contar un poco nuestras experiencias. Estuvimos en Piura, antes de la pandemia. La Universidad Nacional de Piura lo veía como cuando nosotros iniciamos, 34 estándares, evidencias, contamos como había sido nuestro proceso, como nos habíamos alineado, organizado, cómo nos costó al comienzo este tema, pero que poco a poco lo fuimos desarrollando, lo concientizamos y lo hicimos nuestro. Ahora último, la Universidad Nacional San Antonio de Abad del Cusco nos ha pedido conversar sobre esta experiencia. Hemos tenido felicitaciones de diversas universidades y los propios directores de las escuelas han recibido felicitaciones de parte de los grupos de interés y comités consultivos, a quienes se les hizo extensivo el agradecimiento, porque sin su ayuda no lo hubiésemos logrado.
¿Qué requieren las escuelas para continuar con el proceso de mejora continua?
La implementación de un sistema de evaluación que es lo que nos preocupa, porque sin ello no podemos avanzar. También, establecer el sistema de gestión de calidad. Tenemos varios puntos, pero estos son los fundamentales. Hay un tercero, que se implemente dentro de la facultad el área de tecnología educativa, porque nos hemos dado cuenta que en todo el proceso que podamos llevar de aquí en adelante necesitamos tener siempre la asesoría pedagógica.
¿Es oportunidad de mejora?
Es increíble que para la capacitación de los docentes no hayamos sido ordenados para desarrollar determinadas actividades. En las sesiones preguntaba de dónde recogían la información, quién determinaba qué se debe hacer o qué priorizar para capacitar al docente. No se nos respondía porque no había un respaldo. Los docentes necesitamos tener ayuda pedagógica para transmitir nuestra experiencia profesional y carecemos de herramientas que nos ayuden a mejorar nuestro trabajo en estas circunstancias.
¿Qué se plantea?
La OCAA ha propuesto el tema del área. Hay todo un proceso detrás de eso, porque para implementarla debe estar considerada en el presupuesto y eso no se ha visto antes; entonces esperamos que, en el 2021, sí se tome en cuenta porque es una herramienta fundamental. Eso nos ayudaría en el tema del sistema de evaluación.
¿Tienen otras oportunidades de mejora?
El otro tema con las escuelas es con respecto a cómo alinear las políticas ambientales. Hay aspectos que han sido dejadas de lado, para el próximo año. En la actualidad, lo que vamos a hacer es actualizar el plan de estudios porque en el 2021 viene un cambio y desarrollaremos un piloto del sistema de evaluación.
¿Cómo les ha ayudado esta experiencia a afrontar la coyuntura actual?
Cuando empezamos en el trabajo remoto, la primera idea fue qué va a pasar con las personas que nunca han estado haciendo uso de este tipo de herramientas. Cuando empezamos las capacitaciones, ese grupo cuestionaba ¿por qué nos estábamos adelantando si nuestro sistema educativo demandaba que fuese presencial? Respondíamos que ahora estamos viviendo otra etapa que no podíamos levantar en corto tiempo.
¿Qué sucedió?
El decano vio la manera cómo podemos ayudar a estas personas; entonces, la idea fue colocar a un estudiante acompañando en esta etapa del proceso de las capacitaciones. Eso ha dado resultados, hemos tenido tres semanas de capacitación. Tres veces por semana o diario y por turnos. Todos ingresaron, al punto que, si alguien preguntaba sobre un problema, otro respondía la solución. Cuando iniciamos las clases se pensaba que íbamos a tener una dificultad mayor, pero no la hemos tenido. Nos hemos adaptado y sí ha resultado.
¿Qué mensaje daría a quienes están considerando como opción estudiar una de las carreras de la facultad?
Invitarlos a participar, que no se preocupen, en la facultad encontrará tres escuelas para desarrollarse profesionalmente: Administración, Administración de Turismo y Administración de Negocios Internacionales. Somos una facultad preparada y con experiencia, con la acreditación nacional que nos pone en vitrina y a competir al nivel de otras universidades, sobre todo las privadas. Somos una facultad en constante desarrollo y ejecutando planes de mejora, no solo estamos orientados a grupos de interés externos, sino principalmente a nuestros docentes, trabajadores y estudiantes brindándoles capacitación y orientación hacia la mejora de la calidad. Nuestro objetivo es brindar un buen servicio y en eso estamos, todos claros en que la mejor forma es ofertando un servicio de calidad en el nivel de enseñanza-aprendizaje y, para lograrlo, debemos tener concatenados cada uno de los elementos que son importantes dentro de la formación.